Si no el que más, uno de los
aspectos más importantes a la hora de decidirse a contratar los
servicios de un abogado es el de los honorarios y costes asociados
del asunto. A menudo, sin embargo, éstos no llegan nunca a
determinarse porque las ideas preconcebidas sobre su elevado importe
ya hacen que el potencial usuario descarte acudir a estos
profesionales, salvo que el problema legal que le acucia sea muy
relevante.
Siendo cierto que en la
actualidad, partidas como la de las tasas judiciales pueden hacer
poco o nada interesante pleitear, incluso hasta el punto de hacerlo
financieramente inasumible, no lo es menos el que el coste final para
el cliente de una determinada actuación profesional puede variar
mucho, yendo de lo irrisorio a lo muy oneroso, y segundo, que un
profesional siempre expondrá a su cliente con carácter previo su
opinión sincera sobre si compensa o no económicamente llevar a cabo
tal o cual actuación, por lo que siempre resulta interesante
informarse.
Para hacernos una idea general,
las distintas partidas que pueden integrar la “factura” final de
un asunto son:
- honorarios del abogado
- honorarios del procurador, en su caso
- tasas judiciales (tributo que grava el recurso a los órganos judiciales)
- otros costes del proceso (pruebas de parte, copias y traducciones de documentación, etc.)
- costas de la parte contraria, en su caso
En el orden
contencioso-administrativo, no obstante, hay que tener en cuenta que
un determinado asunto puede solventarse directamente sin necesidad de
acudir a los tribunales, actuando en vía administrativa mediante la
interposición de recursos o reclamaciones extra-judiciales, por lo
que sólo habría que hacer frente a los honorarios del abogado. Por
otro lado, si se acude definitivamente a los tribunales y se “gana”,
todos los costes correrían a cargo de la parte “vencida”
(dejando al margen la facultad de los órganos judiciales de limitar
la cantidad que ésta debe pagar realmente).
En cuanto a los honorarios de
los abogados, la realidad es que existe una completa libertad del
profesional y su cliente para fijarlos en el caso concreto -a
diferencia de lo que ocurre con los aranceles de los procuradores,
que se fijan reglamentariamente-. Los órganos de defensa de la
competencia han insistido y continúan insistiendo en que no son
admisibles ningún tipo de limitaciones al respecto, como lo fueron
en su momento la prohibición estatutaria del pacto de quota litis
(fijar los honorarios como un porcentaje del importe obtenido en el
pleito), o la práctica de atender de forma quasi-obligatoria a los
criterios sobre honorarios que publican los respectivos colegios de
abogados. A día de hoy, el abogado y su cliente son libres para
pactar cualquier cantidad como retribución por los servicios del
primero, utilizando cualesquiera criterios de fijación y métodos de
pago.
Así, nos encontramos con que
las alternativas de determinación de los honorarios son infinitas
(presupuesto cerrado, facturación por horas, tarifa plana), y que
las cuantías varían enormemente dependiendo del tipo de despacho
al que acudamos (gran despacho, boutique especializada, despacho
medio, profesional en solitario). Es más que aconsejable por tanto
que, de entre las miles de posibilidades que ofrece un sector
sobresaturado como el de los servicios jurídicos en España, el
cliente elija un despacho de la estructura y especialización
adecuada a su problema. Acudiendo a un gran despacho para un problema
menor, el cliente pagará costes de organización que no va a
utilizar, mientras que acudiendo a un profesional no especializado,
estará sacrificando calidad de asesoramiento en favor de cierto
aparente ahorro.
En Lluch Abogados ofrecemos
especialización jurídica sin menguar una total flexibilidad a la
hora de acordar honorarios y pagos, elaborando con carácter previo y
de forma gratuita un borrador de presupuesto ajustado a las
características del asunto, para que sea el cliente quien finalmente
decida qué cantidad desea asumir y qué opción de pago le resulta
más favorable.
Si tiene un problema legal, y
cree que no es un particular sino una administración quien está
implicada, no deje que las dudas sobre el importe le paralicen:
póngase en contacto con nosotros y le informaremos al respecto sin
coste alguno.
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